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sábado, 27 de octubre de 2018

1/12 A TODA VELOCIDAD

12:07 0 Comments

Que si semana de bienvenida de EVS por aquí, que si encuentro de voluntarios de la asociación de toda Francia por allá, por qué no visitar Poitiers... vamos a hacer couchsurfing y así conocemos a más gente... y el primer mes se va a acabando.


Carretera y manta.
Este es el recorrido que he hecho desde que salí de Barcelona (de casa salí unos cuantos días antes) hasta hoy. Habría que señalar los retrasos y trenes cancelados a causa de las inundaciones en Carcasona... Pero bueno, aunque más tarde de lo previsto, siempre llegamos a nuestro destino, y eso es lo importante.







   Así pues, con las dos imágenes anteriores como guía y alguna que otra más que incluiré a continuación para presentar a los personajes de esta historia , doy comienzo a mi primera entrada del blog.


  Estoy en Tours, una ciudad de la región Centre Valle de la Loire. Es una ciudad de unos 160 000 habitantes, con dos ríos: el Loira y el Cher, un centro histórico muy cuqui, casas de estilo tradicional, universidades y mucho ambiente. Estoy contenta.

Pont Napoleón

  Nuestro piso y nuestra asociación están a 20 minutos andando del centro, en un barrio que se llama Sanitas. No tiene muy buena fama pero a mí me gusta. Siempre he vivido en la periferia y me encuentro a gusto. Además, tenemos unas bicis muy molonas que estaban en el trastero del piso y que hemos podido arreglar. Así que, en un periquete nos plantamos donde sea. A la aso vamos andado porque está al ladito.

Mi bici es la verde. Y ella es Chloe, una de mis compis de piso.
Además de Chloe (EVS), en el piso también viven Christopher y Nango (Service Civique). Así pues, estamos una inglesa, un alemán, un afgano y yo. De edades entre los 19 y 26 (soy la más mayor, sí). Hay buen ambiente y ya hemos vivido situaciones curiosas y divertidas. Cada uno viene de su padre y de su madre, con sus costumbres, sus manías y sus rarezas; y cuando vives con otras personas, no siempre nos parece lógica la forma de actuar del resto. Aún así, todos nuestras diferencias siempre nos han llevado a conversaciones muy muy graciosas que me gustaría poder haber grabado para seguir riéndome.


El piso es muy amplio, un salón con terraza (y plantas), una cocina, cuatro habitaciones, un cuarto de baño y el WC separado, como es típico en Francia. La decoración de esta pieza ha sido cuidadosamente elaborada a lo largo de los años. Hay reliquias que datan del 2008. En las paredes laterales, se han hallado toda una serie de apuntes de francés traducidos al alemán, eslovaco e inglés.

Quiero señalar el extraordinario hecho de contar con todo tipo de utensilios de cocina. No sé a quién hemos de agradecérselo. Imagino que cada voluntario habrá hecho su aportación... pero el caso es que ni mi madre tiene tantos cachivaches. ¡Tenemos hasta una máquina para hacer Raclette!







Les Compagnons Bâtisseurs es mi asociación de acogida. Surgió después de la Primera Guerra Mundial y ha evolucionado mucho en todo este tiempo. Es grande, está presente en muchas ciudades de Francia. Nuestro objetivo es realizar obras de rehabilitación acompañada con un fondo social. Trabajamos con propietarios o inquilinos y les enseñamos y ayudamos a hacer mejoras varias: electricidad, fontanería, pintura... Los voluntarios siempre trabajamos con un "animateur technique" y podemos ir rotando entre distintas obras. Por el momento, yo ya he hecho la instalación de los puntos de luz y los conmutadores de un pasillo, he abierto los huecos para los sistemas de ventilación de las zonas húmedas de una casa, he preparado los muros de una vivienda para recibir la pintura y he participado en dos "ateliers du quartier". Cuando termine el año voy a ser más manitas que mi padre. Es un trabajo muy práctico y satisfactorio.

 

 Estas fotos son de una parte abandonada de una vivienda en la que trabajamos. Ese día me gustó especialmente porque el coordinador con el que fui sabe mucho de arquitectura tradicional y sostenible y me estuvo explicando un montón de cosas sobre los materiales y la forma de construir.

Aprovechando el fin de semana y con la excusa de una clase gratuita de Danza Africana, convencí a Chloe para ir a Poitiers. Encontramos en couchsurfing a María, una mujer que ha recorrido y sigue recorriendo el mundo, y nos alojamos una noche con ella en Quinçay, un pueblito al lado de Poitiers. Ella también hace woofing y otras plataformas y coincidimos con un chico de Corea del Sur y una chica de Galicia. Tenían todo un programa para nosotras y fue un finde estupendo. Visitamos un taller de un señor que hace acordeones y que tocó para nosotros. Su hijo nos enseñó un montón de instrumentos raros de diferentes partes del mundo. Después, fuimos a casa de una vecina que nos invitó a cerveza en un jardín con luces de colores. Cenamos macarrones con la chimenea encendida y escuchamos música hasta quedarnos dormidos. Al día siguiente visitamos la casa de la foto. Hecha por los propietarios (de profesión carpintero) y pensada para aprovechar al máximo la energía solar. Me gustaría volver y hacer muchas más preguntas. Después, al mediodía, hicimos autostop (mi primera vez en Francia) y volvimos a Poitiers para nuestra clase de baile. Todo el mundo tiene que probar la Danza Africana, en serio. Si tenéis la oportunidad, no dudéis.

Casa construida en madera.

Iglesia de Notre Dame la Grande


El lunes salimos bien temprano hacia la semana de bienvenida de EVS. Teníamos dos escalas y en Burdeos nos comunicaron que todas las conexiones entre Carcasona y Narbona estaban cerradas. Finalmente, pudimos llegar hasta Toulouse y después atravesar la ciudad andando para coger un blablacar desde las afueras hasta Narbona. Llegamos 4 horas más tarde de lo previsto. Aún así, en comparación con lo que vivieron otros voluntarios, lo hicimos bastante bien. 

Durante los cinco días, los tres coordinadores organizaron diversas actividades en horario de mañana y tarde para presentarnos de forma pormenorizada el programa Erasmus + y el Servicio de Voluntariado Europeo, resolver todas nuestras dudas sobre el seguro médico, el dinero de bolsillo, nuestros derechos y deberes... También desarrollaron diferentes dinámicas para hacernos conscientes de las diferentes etapas emocionales y conflictos culturales que podemos vivir a lo largo del año. Hubo una actividad que me pareció muy inteligente y que consistía en imaginar un casino. Os dejo al final del todo un resumen al respecto. 


Grupo de voluntarios EVS en Narbonne.
 En el grupo conté 17 nacionalidades diferentes. Conocí a gente muy interesante con la que espero poder volver a quedar a lo largo del año. Otro de los objetivos de estos encuentros es fomentar el contacto entre voluntarios y facilitar formas de viajar barato. Abajo tenemos a nuestros primeros visitantes: Maxim y Helen, que hizo la foto.  Ambos encantadores, derrochan energía y optimismo. En poco tiempo pudimos intercambiar opiniones sobre un montón de temas diferentes. Me dejaron una buena lista de películas, si la queréis decidme.

De izquierda a derecha: Michael, Chloe, yo y Maxim.

¡Gracias por venir! 


Juego: El Casino. Había cinco mesas para jugar a las cartas. Cada mesa tenía las reglas impresas en francés e inglés para que pudiésemos leerlas, pero en cuanto empezamos a jugar las recogieron y establecieron como norma que no podíamos hablar para nada. Después de cada ronda, los ganadores, los perdedores, los más jóvenes, los más altos... (según criterio de los monitores) de cada mesa, cambiaban de mesa y empezaban a jugar en otro grupo. El desconcierto empezó con el primer cambio. Resulta que en cada mesa había establecidas unas normas diferentes y cuando alguien llegaba a una mesa nueva no entendía nada. El as que antes era la carta más baja ahora era la más alta, se repartían 6 cartas en lugar de 8, etc. A cada uno le llevo más o menos tiempo darse cuenta de lo que sucedía y el sentirse "engañado" o, por lo menos, desorientado y no lograr comprender produjo sentimientos poco agradables. La idea final era incitarnos a reflexionar las veces que podemos sentir algo similar al sumergirnos en una cultura diferente. 

A LA TERCERA VA LA VENCIDA, EL ARTE DE LO GRATUITO Y ZAJČEK ZAJČEK

11:54 0 Comments

Pues aquí siguen mis aventuras por Eslovenia, en este pequeño país de dos millones de personas, que por cierto y agarraos bien, tiene como unos 48 dialectos diferentes. Así que mis humildes intentos de aprender su idioma no parecen muy fructíferos cuando pienso que ni siquiera puedo hablar con los dos milloncitos de este país pollo (esta es una referencia de mi anterior post). Aún así, me encanta lo sensual que suena todo en esloveno, y esto es todo bagaje muy útil que uno va adquiriendo, y que es inmensamente necesario en una situación de vida o muerte cuando tienes que seducir a tus raptores. Así pues, la solución es la eslovensualización. Y no solo he aprendido algo de este idioma (y mejorado mis dotes de atracción), sino también un poco de alemán gracias a mis compañeros (lo más importante para moverse por Alemania): pupsen, rülpsen, ficken y essen (peer, eructar, follar y comer).

Y hablando de comer, últimamente no paramos de hacerlo gratis. Bien sea porque alguien nos lo ofrece en la calle, como nos pasó con una mujer cristiana que invitaba a la gente a que asistiese al día siguiente a una comida con su grupo (y que por supuesto aceptamos), o porque en nuestro centro, Kotlovnica, hacen algún evento en el que se prepara una mesa con comida. Una de estas veces fue especialmente divertida. Teníamos un evento político al que no habíamos podido asistir porque estábamos ayudando en otros asuntos, pero nos llegaron noticias de la comida y estuvimos hablando con algunos de nuestros conocidos a la salida del centro para conseguir más detalles acerca de la misma y ver si valía la pena tratar de entrar y abusar un poco. Por suerte, nos invitaron a comer de la mesa, y para no parecer tan interesados opusimos algo de resistencia del tipo “oh, no, no es necesario”, “¿seguro?”. Intentamos no pasarnos demasiado, y más o menos puedo decir que lo manejamos dignamente. Es más, nos salió tan bien la jugada que nos dejaron llevarnos las sobras y lo estuvimos compartiendo con gente que había fuera.

   

Esta bandeja de galletas es después del acto político en Kotlovnica

Esta de ayer, tras la presentación de una exposición.

Sin embargo, de todas estas historias de comer por la cara, mi favorita es la siguiente. Digamos que cerca de nuestra casa hay un manzano bastante desaprovechado porque sus dueños no parecen recoger las manzanas, y son tan grandes y sabrosas, que por supuesto, sería una pena dejar que se desaprovechasen. El día que estuvimos comiendo con la mujer cristiana, nos dio la receta de la maravillosa tarta de manzana que comimos ahí, y de la que por cierto repetí, así que pensamos que podríamos reproducirla y compartir el resultado con la gente de nuestro centro juvenil. Así, decidimos emprender una loca y salvaje incursión de rescate manzanero a las dos de la mañana después de ver una película sobre robos, y totalmente vestidos de negro. Es más, teníamos hasta otros nombres y nacionalidades pensados por si teníamos problemas durante nuestra aventura: Piotr, Urshka y Marushka. Mientras andábamos por la carretera, estuvimos ultimando detalles y atándonos bien los cordones de las zapatillas por si fuese necesario correr. Al acercarnos al manzano, el perro del vecino empezó a ladrar muy fuerte y durante mucho rato, por lo que seguimos caminando dejando atrás el manzano con gran frustración. Estuvimos un rato pensando qué hacer, si volver por esa carretera e intentarlo de nuevo o cambiar y volver a casa por otra distinta. Finalmente, y al ver que en la casa del dueño del manzano había luz, decidimos volver por otra carretera. Sorprendentemente, el perro volvió a ladrar, y eso que estábamos bastante lejos de la zona, por lo que nuestros futuros intentos parecían inciertos.

Al día siguiente, y con la luz del sol, decidimos volver a probar. Esta vez no ladró el perro. Sin embargo, el propio dueño estaba recogiendo manzanas de otro de sus árboles, por lo que cualquier intento era inútil, y no sabíamos que pasaría con nuestro manzano. Durante los siguientes días no hicimos nada, pero estaba llegando el final de la semana y el lunes yo me iba a un entrenamiento durante cinco días, por lo que puede que a mi vuelta fuese tarde. El domingo estuvo lloviendo bastante durante la mañana. Cuando paró, hablé con mis compañeros: era de día así que probablemente el perro no ladrase, y al haber estado lloviendo hasta hace poco, el dueño no estaría fuera. Decidimos salir de nuevo: las manzanas seguían ahí y nadie las custodiaba. Nos lanzamos a recoger las que pudiésemos. El perro empezó a ladrar pero seguimos recolectando un poco más y salimos de ahí. Cogimos 29 en total, pero casi ni se notaba en ese tremendo manzano. Esto ocurrió hacia las cuatro y media y a las seis teníamos que estar en el centro. Fuimos rápido a casa y empezamos a preparar todos los elementos para hacer la tarta. He de decir que la clavamos. La terminamos a tiempo y estaba terriblemente buena.

Triunfales con nuestra apple pie

Pero no todo ha sido comer durante este tiempo. También hemos estado ayudando en el centro con alguna performance que tenían, hemos viajado a Bled, ido de fiesta de halloween a Medvode… Pero para finalizar este post voy a hablar un poco de mi experiencia durante esta última semana (en la que he también hubo comida gratis, por cierto).

Bled

Bled

Mis compañeros de piso y yo en Medvode disfrazados de fantasma, monje y trabajador zombie.

Mis compañeros haciendo un fuego para una performance en Katzenberg, y un cacho de cara de mi compi de piso intentando fastidiar la foto.

Cuando eres un EVS tienes que realizar un entrenamiento a la llegada, que se llama on arrival training, al que he hecho mención con anterioridad. Este entrenamiento dura cinco días y se realiza en un hotel en alguna zona del país de acogida, en mi caso Eslovenia. El mío se hizo en Debeli Rtič, en la costa. En total éramos 25 voluntarios de diversos países: Italia, Finlandia, Turquía, Francia, Bosnia, Croacia, Bulgaria, Serbia, Polonia, Letonia, Alemania, Portugal… Cuando te juntas con gente tan diversa, también te juntas con opiniones, modos de ser y de vivir diferentes. Por eso, creo que la forma en la que se abordaron las sesiones durante estos días no pudo ser más acertada. Se trabajaba bajo un marco de aprendizaje no formal, en el que se creó un verdadero espacio de intercambio de ideas donde la gente podía expresar si quería o no hacer las actividades propuestas y buscar su propio espacio, lo que me pareció muy importante. Hubo una ocasión en la que se nos presentó la oportunidad de realizar actividades con un grupo de chavales que estaban en un programa de pérdida de peso. Disfrutamos mucho planeando las actividades, probándolas para ver si podían funcionar y ejecutándolas. Y los niños también lo disfrutaron. Es más, hasta eslovenizamos una dinámica llamada “Bunny bunny” a “Zajček zajček”. Sin embargo, no todos los voluntarios quisieron dedicar su tiempo a esta actividad, y esto también es lo bueno de cómo fueron enfocados estos días: algunos pasaron la tarde en la playa, otros solos, otros realizando otros proyectos… Sea como sea, creo que todos disfrutamos con las elecciones que hicimos, ya que existía la libertad de hacerlas (cosa imposible en ámbitos más institucionalizados como en la universidad). Creo que esto fue algo que me llamó mucho la atención y que me pareció muy positivo, porque a partir de este reconocimiento de cada persona, hubo un fantástico espacio de trabajo donde finalmente éramos nosotros los que estructurábamos los temas y actividades que íbamos a hacer al día siguiente, como recibir información sobre las responsabilidades y derechos del voluntario, del Cuerpo Europeo de Solidaridad, realizar actividades juntos como deporte, ejercicios teatrales de improvisación, etc.

No solo la dinámica de esos días fue buena, también lo fue la gente que había ahí: personas con grandes ideas y proyectos que no solo hablan sino que hacen, gente que accidentalmente y sin ninguna preparación sube la montaña más alta de toda Eslovenia, músicos y artistas, locos que conocen las películas más raras que existen, niños curiosos encerrados en cuerpos de adultos, inconformistas que dejan un trabajo que no les satisface y se lanzan a la aventura… 

Creo que ser EVS es algo especial. Desde luego no es necesario para tener grandes experiencias o ser una gran persona, pero la gente que te encuentras, o al menos que yo me encuentro, parece tener algo mágico que les hace lanzarse a esta aventura loca y sin frenos que es ser Voluntario.


Foto de despedida del on arrival training

Comiendo caquis gratis

Tomando vino Refošk gratis.

Comiendo caquis, pizza, bollería y mandarinas gratis.

Con una botella de vino que nos regaló la señora de la foto.

Nosotros, posando estupendos, mientras descansamos de tanta gratuidad.

Bienvenidos a Magic Room

9:35 0 Comments


Muchos la llaman The Magic Room y otros la Creepy Room. Pero cualquier nombre se le queda corto para expresar este pequeño espacio en la casa que tantas historias tiene reflejadas en sus paredes.

La habitación se encuentra en una zona escondida entre el salón y la habitación de los chicos. Siempre con la llave en la cerradura. Pero cuando se abre es para entrar en otra dimensión lejos de Italia.


Cada cosa que veis en sus paredes son pintadas que han escrito/dibujado/coloreado o simplemente creado por todos los voluntarios que han pasado por esta casa. Por tanto te puedes encontrar con frases de cualquier idioma. O dibujos especialmente creativos. Y otros que no tanto, pero todos con un significado especial. Cuando llenas de tinta esas paredes es porque estás sintiendo el momento de hacerlo. "Que la Magic Room te habla". A ver, puede parecer una locura pero los que llevan aquí ya casi un año tienen un respeto a esta sala que han conseguido infundirme porque para ellos ha sido una sala en donde han tenido un momento de intimidad para reflexionar. Y eso en una casa donde viven 6 personas y con la que compartes habitación con 2, es de agradecer.

(Una de las mejores pintadas a mi gusto)

La casa fue donada a Vicolocorto (la asociación italiana) por una mujer que en su momento fue voluntaria y que tras su muerte, la donó para la causa del voluntariado. Entonces me hace pensar la de personas que hay detrás de esas pinturas. ¿En qué estarían pensando? ¿Qué les llevó a hacer un proyecto? Porque una de las cosas que me estoy dando cuenta es que todos llevamos en nuestra mochila de viaje una historia que puede ser muy triste. Y la sala refleja como se va evolucionando. Se ve muy claro cuando una pintada es al comienzo, como al final del proyecto.


Una anécdota que han vivido los compañeros actuales que llevan lo suyo aquí, es que un día vino un exvoluntario alemán a visitarlos. No lo conocían pero el muchacho sólo pedía ver la Magic Room. Entonces el chico cuando entró, se emocionó, porque él fue el primero en pintar, en decidir hacer ese lugar mágico. Por tanto, sabemos cual fue la primera pintura.


Por último, decir que sí, que he pintado ya. Pero eso ya no lo pongo, o sí, en algún momento.
Nos vemos!

domingo, 14 de octubre de 2018

Como predijo G.Gaynor, I have survived.

4:42 0 Comments
Ciao! Sólo quería dar señales de vida tras la primera semana.

Ha sido muy intensa y más porque he empezado a trabajar en Totem. Se trata de un centro donde van jóvenes del barrio a pasar juntos el rato todas las tardes. Meri es la señora encargada de todo eso y la admiro porque tras todos los años que lleva trabajando con niños pequeños, no ha permitido que su energía se agote y encima crea un ambiente muy familiar. No quiero dejar pasar por alto que muchos sufren discapacidad y nadie los margina. Están todos muy unidos y mezclados entre sí. Como debe ser.
(La entrada de casa con todas nuestras bicis. La mía la rosita)

En casa marcha todo de lujo. Unos limoncelillos por aquí y unas cervecillas Moretti por allí han hecho que estemos más unidos. Recuerdo como se les iluminaba los ojos cuando en una de estas noches de pronto saqué las pipas. AHORA LES ENCANTAN. Aunque eso sí, la imagen de ir un poquito pedetes y verlos pelarlas con los deillos aún me hace gracia. Cuando yo me había rellenao la mano 3 veces, ellos sólo habían pelao 5. Están empezando en el mundillo y piensan que es mejor pelarlas todas y luego comerlas. Con el tiempo verán que no es así.

La comida de Pésaro es espectacular. Esta semana decidí comer tras la clase de italiano en el centro y joder, me puse como un cerdo. La camarera me dijo que si esperaba a alguien más... Y no, iba a comer yo sólo. Pero es que me puse a pedir y se me fue de las manos. Pero es que mirad que pinta.

(Obvio que lo rebozado también me lo pedí)

A ver, a mi que no me den un cacho, así que les pedí que cogiesen cachos de diferentes pizzas y me hiciesen una familiar, pero de familia numerosa eh? Quizás fue exagerado pedirles que encima pusieran mostaza sobre los bordes - es un consejo, entran mejor- pero la ansiedad me puede. Al parecer fui el cliente VIP porque la bebida me dijeron que me invitaban. Por cierto, las "croquettes" que veis, lo rebozado, son de patatas y queso. Una delicia. Y todo por unos 8 euros.

Ayer paseando por el casco antiguo vi en una de estas típicas librerías de siempre, de las que huele a viejo y la madera esta carcomia por la mugre, lo siguiente:


Una joyita y tan sólo por 4 pavos. Creo que me voy a empezar ya a aventurar a leer en italiano. En Totem voy hablándolo más antes que el inglés, más que nada porque los niños no son bilingües, y cuando voy a los supermercados ya me va viniendo primero la palabra en italiano que en inglés cuando tengo que preguntar alguna cosa. Así que estoy encantado.

Bueno esto ha sido todo un poco por encima. Prometo hablaros de "The magic room" en lo próximo que escriba porque he tenido una experiencia mística en ella. Tanto que he dejado mi marquita ya.
Espero que los demás voluntarios estén cojonudamente.
Ci vediamo!






sábado, 13 de octubre de 2018

EVS EN ESLOVENIA: EL PARAÍSO CON FORMA DE POLLO CORRIENDO

6:43 1 Comments

Sí, amigos, Eslovenia. Ese país que todos hemos confundido con Eslovaquia, que no sabemos muy bien dónde está, y que por cierto, tiene forma de pollo corriendo.




Pues aquí estoy, en un pueblo llamado Kamnik (en lo que sería el ala polluna de este mapa), cerca de la capital, Ljubljana. Llegar hasta aquí no fue fácil, ya que el día que mi compañero y yo partimos, pasó casi todo lo malo que podía pasar. A parte de que el vuelo salía a una hora bastante intempestiva como son las 7:05 de la mañana desde Barcelona (lo que hizo que tuviese que desplazarme un día antes y dormir en casa de una amiga para llegar a tiempo), el avión, que en principio tenía que llegar a las 8:55 de la mañana al aeropuerto Marco Polo de Venecia, no llegó ni al aeropuerto. Por problemas de visibilidad, tuvimos que ir hasta el otro más cercano, y esperar durante dos horas y media encerrados en el avión, para ver si pedían para nosotros un autobús, si volvíamos a volar hasta el otro aeropuerto cuando mejorase el tiempo, o si esperábamos hasta que nos creciesen alas a nosotros. Finalmente tomamos la segunda opción. 

Este giro de los acontecimientos hizo que perdiésemos el bus que salía desde Marco Polo y que habíamos pagado con anterioridad. Así, reservamos otro y esperamos dos horas a coger el Flixbus que nos llevaba a Ljubljana. Mientras esperábamos, decidimos comer algo. Como yo había metido algo de comida en la maleta, quise abrirla. Sin embargo, el candado se había roto por dentro (tal vez durante el viaje) y no podía meter la llave (estuve toda la espera intentándolo: pero ni la maña, ni la fuerza bruta, ni Superman pudieron contra mi candado). Así pues, y como la comida de los aeropuertos es tan cara, no comí. Para más inri, el bus se retrasó quince minutos, pero por suerte el viaje fue muy agradable. Una vez que llegamos a la capital, hacia las 18:30 (deberíamos haber llegado a las 14:30), nos recogieron y nos llevaron a Kamnik. Nuestros compañeros de piso alemanes nos estaban esperando y nos dieron una calurosa bienvenida. Tal vez demasiado, porque nos abrazaron mientras subíamos los maletones por las escaleras y casi me caigo. Con varias herramientas conseguimos destrozar mi puñetero candado y pude liberar a mi comida, la cual estaba asustada y exhausta. Todos los males acabaron ahí, pues estuvimos hasta más de las doce hablando con nuestros nuevos compañeros muy emocionados todos por estar juntos finalmente.

Durante los siguientes días, estuvimos conociendo el pueblo y teniendo reuniones en el centro juvenil en el que ejercemos el voluntariado, Kotlovnica (leído /kotlounitsa/). El centro es fantástico y con un aire muy alternativo. Hacen muchas actividades diferentes, como conciertos, escape rooms, representaciones teatrales… y el pueblo es muy cómodo y bonito. Además, tenemos cerca varios montes. Hace dos días, estuvimos haciendo senderismo por el Stari Grad y Špica (/shpitsa/). Es increíble lo bonito que es todo y lo cerca que está.


Las vistas mientras bajábamos de la montaña.

Los compañeros de piso son fantásticos. Hay muy bien rollo, y ya estamos planeando hacernos unas camisetas con nuestra propia bandera del voluntariado. Nuestro nombre como grupo es “Ask the ducks”. Esto viene de que las calles del pueblo son muy estrechas y cuando estamos dando una vuelta tenemos que ir a veces en fila de uno, como los patos. Un día nos preguntamos que por qué lo hacen así, y decidimos que ese sería entonces nuestro nombre, y ya que estamos todos los días yendo a alguna heladería aprovechando los últimos vestigios del verano, el icono de la bandera sería un pato en una copa de helado, con un fondo con las estrellas europeas. Con esta última idea, el nombre cobró aún más significado, ya que no solo le preguntas a los patos, sino que ellos le preguntan a su vez a las estrellas europeas y te dan una respuesta a tus dudas: “Ask the ducks and the ducks will ask the stars”. También estamos planeando hacernos ropa interior con las caras de los demás, pero es una idea aún a desarrollar.

La oportunidad de poder compartir piso con gente de otro país es bastante increíble. Nuestros compañeros alemanes flipaban con todas las expresiones que tenemos con la palabra leche, como “dar una leche”, “tener mala leche”, “cagarse en la leche”, “ir a toda leche”… Además, como yo bebo tanta se piensan que es la razón de que tengamos todas estas expresiones. También les sorprende mucho otras tantas que tenemos y que para ellos no tienen ningún sentido, como cuando decimos “ponerse las botas”, “esto está en el quinto pino/coño”, o “montar un pollo”. Sus expresiones, como buenos alemanes que son, tienen más sentido que las nuestras, por supuesto. Además, tienen una bastante similar a la que usamos nosotros cuando no entendemos algo y decimos que “nos suena a chino”. La suya sin embargo es con el español. Curiosamente, nuestro Carlos I de España, y V de Alemania, en su corte en este país obligaba a que la gente que le servía hablase en español, por lo que ahora, cuando a los alemanes algo les parece raro dicen algo así como que algo “les suena a español”.

Aún no llevo una semana aquí, pero ya hemos hecho muchas cosas. Ahora mismo estamos embarcados en un puzzle de mil piezas de un paisaje en la sabana, que como casi todo es cielo o hierba nos está volviendo ciegos a todos. También tenemos pendiente volver a un bar en el que estuvimos ayer jugando al twister. Probablemente de este juego salen muchas posturas ideales para el Kamasutra, porque nunca he tenido tantos culos y genitales tan cerca de mi cara como en este momento.

Para no alargarme más, hasta aquí mis aventuras en esta tierra preciosa. Desde luego, hay mucho más para decir de estos seis días, pero hay cosas que se cuentan, y otras simplemente se viven.

sábado, 6 de octubre de 2018

Llegada a Italia SVE

11:53 0 Comments
Ciao a tutto il mondo!

Vale, pues ese es el italiano con el que he venido aquí, porque más no sé.
Soy un desastre. Aunque llevo tan sólo dos días. Espero que con el tiempo ir mejorando y dejar de comunicarme con las manos y en andalúz, a sabiendas de que me no van a entender naica.

(Mercado en el centro de Pésaro)

Somos 6 personas aunque ahora tan sólo somos 4, y los 3 franceses. OMG.
Bueno, no pasa nada. Les he reunido en el salón y les he puesto el salto de la valla del Rocío y un paquete pipas. REAL. Yo españolizando por el mundo.

Bueno, he salido por la ciudad en bicicleta con mi compañera, la cual no sabe inglés. Sólo me ha dicho que le siga y ha empezado a pedalear como si no hubiera un mañana. Vamos, que creí por un momento que estaba vislumbrando la torre Eiffel y he pensao: "Será jodia que me ha raptado". Pero bueno, ha sido un momento divertido. Hemos visto Pésaro. Y tan visto, como que nos hemos perdido un follón de veces y me ha obligado a preguntar a la gente. 

(Viaje en bicicleta por la città.)

No os cuento cómo es la casa porque es FANTASÍA. Yo estoy flipando aún. Me encanta.
Es muy hippie al estilo del Albayzín y encima con una habitación secreta "The magic room".
Esta se merece un post a parte y muchas vivencias mías aquí. Así que no os voy a contar nada más acerca de ella.

(La playa de Pésaro)

Bueno, creo que os voy a ir dejando que llevo en verdad... un día. Y he escrito como si llevase un año. Y también porque mi compañero ha hecho la pizza Rossini, especialidad única en Pésaro, y sinceramente... le voy a robar un cacho porque yo me iba a hacer un YaTeKomo y no es plan habiendo una opción (que yo me he dado) mejor.

En el próximo post os comentaré otra cosita que me flipa de mi compañero. Así que os dejo con la incógnita como en los buenos libros para que sigáis leyéndome.

Ci vediamo!