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domingo, 18 de agosto de 2019

9+10/12 ACCIÓN

3:07 0 Comments
La segunda parte del intercambio franco-alemán nos llevó en furgoneta hasta Wüppertal.
Esta ha sido mi tercera vez en Alemania y me ha servido para aprender bastante más sobre su historia y su cultura. El museo de historio de Ordensburg Vogelsang impresiona por su pasado y por su paisaje. En un paraje natural protegido, los nazis decidieron levantar una escuela para formar a sus futuros dirigentes. Traían a muchachos elegidos por los ayuntamientos de sus pueblos y los recibían con todo tipo de preferencias y comodidades. Las instalaciones dejan entrever el desarrollo del que disfrutaban en la época.



También pudimos visitar Köln y algún que otro pueblo de los alrededores.
Además, esta vez, el traductor tenía preparados más talleres para trabajar el idioma y alguna que otra palabra se me ha quedado.





Viaje de vuelta, aún más largo, en la misma furgoneta y, una vez en Tours, el Aucard Festival. Miguel se había apuntado a pasar a verme en su regreso desde Líbano. El festival chuli, chuli. Son festivales a otra escala, con otro ambiente. Mucho más barato y con conciertos que logran emocionar a un público que va, a veces, sin conocer de antemano a los músicos, listos para dejarse sorprender. La Ruda, Belako, La Jungle... por mencionar algunos grupos, han sido parte de mis descubrimientos.
Y con Miguel, tan bien como siempre, todo fácil. Alguna vez me contó que cuando le preguntaban cuál era su mayor cualidad respondía que su punto fuerte es que es bueno en todo. No utilizo palabras textuales pero la idea está ahí. Y es que es un poco verdad.

Dos días y corriendo, en avión, a Madrid. Para firmar unas cosillas y para desquitarme celebrando el cumple de mis sobris (¡3 añazos ya!) y viendo a amigos. El próximo eventazo será la boda de Rubén y Naira :)



La vuelta la hice directa a Lille pasando por Bruselas. La semana de trabajo y la asamblea general de la asociación me han dado una visión global de los diferentes proyectos que abarcan Les Compagnons. En el debate animado del viernes, un ejercicio muy recomendable, pude escuchar la versión de "salariés" y "bénevoles" sobre los mismos problemas que experimentamos los "volontaires".



Durante la semana estuve trabajando en el grupo de la cabaña. Sorprendentemente, todo el diseño estaba muy bien organizado. Fueron una sesiones de trabajo muy agradables con un resultado más que satisfactorio. ¡A repetir!
El 21 de julio celebramos "la fête de la musique" y bailamos de esa forma que he aprendido en el extranjero. Así un poco sin estilo y sin ningún tipo de vergüenza pero que, al final, queda hasta bonita.



El fin de semana nos acercamos con el padre de Chloe a algún pueblo cerca de Dunkirk para conocer la casa para refugiados. Es un proyecto en el que Chloe lleva presente desde que en verano hizo un voluntariado con el centro de mujeres de The Jungle, en Calais.
En todo este mundo de asociaciones, hay personas con una serie de valores sobre la solidaridad que les llevan a tomar decisiones que se escapan al entendimiento de la mayoría. Han recibido una casa enorme que ha donado una mujer. Estudiantes de máster en arquitectura, un arquitecto y todos los voluntarios que pasarán para echar una mano, han empezado ya a trabajar para montar una comunidad que aloje a familias de refugiados en una situación de especial vulnerabilidad. Así mismo, los voluntarios del centro de mujeres y los propios voluntarios que trabajan haciendo funcionar la casa, vivirán ahí.
Hay muchísimos aspectos interesantes que se mezcla en una experiencia así. Mucha gente trabajando mucho por razones que no se aprenden en la enseñanza obligatoria.

Por fin, en julio, mis padres llegaron para visitarme. Bajé hasta Bordeaux con un coche alquilado en Ouicar y haciendo Blablacar... Visitamos La Dune de Pilat, la ciudad de Bordeaux, La Rochelle y l'Île de Ré. La verdad es que el viaje empezó de forma intensa y logramos mantener el ritmo hasta el último día, el domingo descansamos.


Me quejo pero no debería de tener queja. Ya veremos si a mis 60 sigo tan dispuesta a probar cosas nuevas. Hubo momentos de tensión y cuando, durante el tercer día de visitas de los castillos del Loira, propuse un baño en un río que estaba a unos quince minutos de distancia andando, mi madre petó un cable.

A pesar de todo, yo calificaría el viaje como un éxito y creo que ellos también terminaron haciendo un balance positivo. Espero que para la próxima vez que les proponga una visita, haya donde me encuentre, hayan olvidado el cansancio y vuelvan de buen grado. Por mi parte, prometo tener más en cuenta su edad a la hora de organizar nuevos itinerarios.

En lo relacionado a las acciones de Les Compagnons, el verano se ha presentado más interesante. Hicimos camping en una casa cerca de un lago, Lac des Hommes. Realizaron una formación de varios días sobre los acabados de cal y cáñamo y yo llegué a tiempo para terminar los últimos muros.



A estas alturas ya nos ponemos a mediados de julio y las dos últimas semanas las he pasado sin moverme de Tours. Este tiempo me ha servido para experimentar una sensación de haber creado un inicio de vida con la gente de esta ciudad. Unos días más o menos tranquilos, con bastantes visitas a las distintas "guinguettes", la estancia fugaz de Eleni la griega y... eso.

A un día de Marruecos sólo puedo destacar la falta de información sobre el proyecto, el programas y la organización en general. Así que, mejor lo hablamos a la vuelta.













lunes, 12 de agosto de 2019

Lo que ha sido mi SVE.

16:57 0 Comments


Llevo más de una semana en Granada, al fin, después de 10 meses sin pisar mi tierra.
Y creo que es el momento de hacer mi reflexión final. Si tú está leyendo esto antes de afrontar tu SVE te animo a leerlo.

Llegué a Pesaro, Italia, en un momento de mi vida que estaba completamente vacío. Sin trabajo tras haber renunciado a uno que era bastante esclavista, algo que me llevó a enfrentarme incluso a parte de mi familia. Lo había dejado con mi ex, una persona con la que me sentía muy dependiente. Ver que no tenía expectativas de futuro. Sin motivación. Y eso me llevó a un estado depresivo. Como un alma en pena. Creo que fue el momento que decidí hacer un cambio si o si cuando me aventuré a esto. En otras circunstancias no lo hubiera hecho ni loco.

Y ahora es todo diferente. No me arrepiento de nada porque quizás haber vivido lo anterior ha hecho que me ponga a analizarme, a saber qué es lo que quiero de verdad, y no lo creo. Me ha dado vida. Y puede ser que por eso me sienta tan agradecido a Las Niñas del Tul, en especial a Nadia, y a Vicolocorto, mi asociación de acogida. Sin olvidar Totem, el centro de agregación donde he trabajado.

Vuelvo totalmente diferente. Orgulloso de mi mismo. 




Nunca hubiese pensado en viajar solo antes y vi el momento de hacerlo durante el SVE. Cogí mi mochila y durante una semana me perdí por el interior italiano. Sólo. Si me perdía, me tenía que buscar la vida, si algo mal pasaba sólo me afectaba a mi, y era yo el único que tenía que encontrar solución. Me sentí dependiente y, a pesar de la soledad, nunca me sentí sólo. Aprendí y me valoré más a mi mismo. 

También he convivido con gente de otros países. Algunos con los que congeniaba más, y otros con los que menos. Abrir la mente, recapacitar, reflexionar, empatizar y sobre todo buscar formas de convivir han sido cosas claves. Todos me han aportado inquietudes, interés, motivaciones y ganas de continuar en mi desarrollo personal. He conocido historias, y algunas de ellas muy duras. Comprender el contexto de la gente, y el nivel de confianza para que te lo cuenten, es un tesoro. Incluso yo también me he abierto de una forma que jamás habría hecho. Así que si en parte me ha servido para ser independiente, también para aprender relacionarme de otra forma con los demás. A pedir ayuda, y servir de ayuda.

He vivido experiencias buenas y malas. Todas bienvenidas. No ha sido un camino de rosas siempre, pero aquellas partes más desérticas, he ido plantándolas yo.




Si eres una persona que estás indeciso o simplemente falta poco para tu SVE, te recomiendo que lo vivas. Que lo vivas de verdad. Nadia me dijo que cada cual tiene su propia experiencia. Y es cierto. Y debe de ser así. Pero ve con la vista de que puedes conseguir lo que realmente necesitas tú. Que tengas iniciativa de enfrentar retos y miedos. Y por encima de todo, te pringues. Te metas en el barro. Quizás esto me lo hayan enseñado los niños en Totem. Dejar de lado la vergüenza, el querer tener una buena imagen o valorar mi móvil con una importancia que no tiene.

Y ahora, saber que volveré. En menos de un mes comienzo como coordinador de proyectos en Vicolocorto. Estoy seguro de que será otra experiencia pero muy distinta a mi SVE. Más motivado e ilusionado. Con las ganas de encontrar a otros jóvenes que esta experiencia les pueda cambiar su vida, aunque sólo sea un poquito. Que se hagan replantear cosas. Que sea un proceso de mejoramiento personal. Un poco de desintoxicación de este mundo que muchas veces deja qué desear. No sé si lo haré bien o no, pero si que pondré mis ganas. Me veo capacitado.

De nuevo, gracias.

Y aquí mi último post.

SIGAMOS PONIENDO UN BELLO TUL POR EL MUNDO.