Comenzamos el mes con una actividad de
team building ¿Vendimia? Si, ¡vendimia de uvas! A las 6 de la
mañana todo el equipo, Zsu, Andy y su marido incluidos, íbamos
camino a un caserío con un conductor temerario que aceleraba en vez
de frenar en las curvas y que incluso olvidó poner el freno de mano
cuando bajamos a hacer fotos y recoger castañas. Fue divertido
porque no paso nada. En el caserío nos reciben a las 8 con palinka y
pan con autentica mantequilla, verduras y embutidos, y una olla con
té caliente. No encuentro mejor manera de cargas las pilas y con
esas nos vamos a cortar los racimos de uvas por equipos, estamos tan
motivados que acabamos un par de horas antes de lo previsto. Comemos
allí y con eso reponemos la energía perdida en la mañana y
cogemos para un mes más. A la vuelta paramos cerca del lago Balaton
tomamos una cerveza desde el mirador, y en la siguiente parada
podemos mojar los pies en él.
Lo que nos espera a la vuelta es más
oficina, semana de estar en Compass sin mucho que hacer, a Andy le
parece buena idea mandarnos limpiar a fondo toda la oficina, paredes
e interior de sofás incluidos, después colocamos los nuevos sofás
que compraron y movemos el armario. No sabemos cómo decir que no, o
si podemos hacerlo, al menos yo, unas semanas mas tarde en el
training course nos explican que, tal como sospechaba, la limpieza a
fondo de la oficina ni es limpiar lo que hemos ensuciado por el uso
durante las actividades del voluntariado, ni tiene por objeto el
desarrollo o promoción de la juventud, tal como recoge nuestro
acuerdo.
Después de esta semana tenemos que
decir adiós a dos de los voluntarios que mas tiempo llevan en
Compass: Dominik y Lucille. Hacemos una cena en creative (así se
llama uno de los pisos), todos llevamos comida para compartir, vino y
cerveza, bailamos en el salón, música francesa y turca, hablamos,
reímos y reímos mas.
Vamos a un instituto a hacer
presentación de nuestros países y acercarnos a los chavales de la
cuidad, también les hablamos de las actividades que tenemos
planeadas para el mes y ponemos ejemplos de frases en nuestras
lenguas maternas, esa semana tenemos una visita de un profesor turco
de una Universidad de Letonia que esta informándose sobre el
programa SVE de cara a implantarlo en su Universidad. Le tenemos
haciéndonos compañía unos día y le contamos las cosas que hemos
hecho y como nos sentimos participando en el proyecto, creo que
recibió el mensaje y se marchó muy contento con la idea, por lo
menos nos invitó a su Universidad.
El club de español con los niños sigue adelante y cada día estoy mas contenta con ellos, y creo que ellos conmigo también. Uno incluso pidió clases particulares, así que ahora le veo dos días a la semana, una solo y otra con los otros dos niños. Y semana a semana veo como amplían vocabulario y sigo flipando con lo rápido que memorizan la información y con lo orgullosa que estoy de ellos.
El día que el Parlamento de Cataluña
declaró la independencia estábamos haciendo nuestras propias pizzas
en casa de Barbara, una mujer americana que es además mentora de de
dos voluntarios y preparó comida para todos, con unas galletas
caseras deliciosas, pasamos una noche muy agradable con Niki y ella.
Y lo mejor es que pudimos llevar a casa lo que sobró, fue como ir a
casa de los abuelos.
Un día fuimos a un barrio gitano,
preparamos cartulinas con lo más representativo de nuestros países,
objetos, postales, hicimos una pequeña exposición por grupos según
nuestra nacionalidad, los chicos se acercaban a ver las cosas,
hicimos pintacaras, cometas, malabares, pasamos frío, jugamos a
fútbol con ellos y se les repartió merienda.
La tercera semana de Octubre la mitad
del equipo nos fuimos a Budapest a hacer el training course de
comienzo del EVS, mientras que la otra mitad se quedó en Kaposvar,
esa semana tuvieron que hacer limpieza en un hospital (¿finalidad de
esa actividad? otro misterio) y también les dieron la bienvenida a
dos nuevos voluntarios, Derya y Murat, una pareja turca. Ya somos
catorce. Cuando volvimos del curso les dimos la bienvenida de nuevo
con otra fiesta, vale más que sobre que no que falte.
En Budapest vivimos la semana al
máximo, Dina y Marton nos dinamizaron el curso con ejercicios
creativos y útiles. Nos hicieron reflexionar sobre nuestras metas
personales, concienciarnos de nuestras aptitudes y flaquezas. Además,
sin buscarlo expresamente, construimos un equipo solido. Nos juntamos
voluntarios de toda Hungría con diferentes proyectos y de diferentes
países. Llegué al curso descontenta con algunas cosas concretas de
Compass, y me fui motivada, con herramientas para resolver conflictos
y con nuevas ideas para mejorar la experiencia todo lo que fuera
posible. Pude hacer una visita guiada por el distrito 8 de Budapest y
aprendí de primera mano lo que es ser gitano en la ciudad y cual es
su recorrido. Pudimos hablar con los mentores, conocer sus funciones
reales (yo sigo dudando que su utilidad) y también hablar con la
Agencia Nacional.
Parecía que nos estaban preparando
para la matanza, nos daban de comer cinco veces al día. Además
coincidí con bastantes voluntarios españoles, y me di cuenta de
cuánto echo de menos hablar en mi lengua materna, y sobre todo el
sentido del humor. No es por nada, pero en una parte de la sala
siempre había risas. Empiezo a ver con más claridad lo que es la
“cultura española” que siempre negué que existiera. Cuando los
instructores ofrecieron una fiesta de despedida en la sala la última
noche, nosotras nos miramos y dijimos -Vamos a comprar más vino
porque seguro que se quedan cortos-.
Y así fue que, después de horas
bailando los vídeos de Youtube de JustDance, acabamos lo que
trajeron ellos y también lo que cogimos nosotras, y cerramos la
noche con Marton inventando un nuevo juego que nos hizo llorar de
risa la mañana siguiente. Y después con las despedidas reales
lloramos de verdad. Menos mal que nos han prometido que en Marzo nos
volveremos a juntar el mismo equipo y que mientras tanto podemos
visitarnos. A la espera de saber si podré ir a la cena de Navidad
para EVS del 6 de diciembre a la que muchos del curso irán!
Tuve la oportunidad de planear la
fiesta de Halloween en el Mother selther, por fin!! fue genial, los
niños jugaron toda la tarde, se hicieron sus propios disfraces,
merendaron fruta (escalofriantemente decorada, claro), les pintamos
la cara a todos, incluso una chica quiso que le pintaran la cara a su
bebé (?), jugaron con los ojos vendados, colorearon, hicieron
calabazas de cartulina... una pasada, no hablamos el mismo idioma y
no nos conocían de nada pero no querían que nos fuéramos, tenian
interés por todo, querian aprender y enseñar. Vino Barbara y ella
también se disfrazó. Espero poder estar mucho más presente allí,
es sin duda el proyecto que tiene más necesidades. Fue genial pero
un poco caótico, espero para la próxima acordarme de hacer limites
de tiempo para cada dinámica.
Después de esa fiesta de Halloween
tuvimos otra en el local, para chicos de los institutos, no vino
mucha gente, jugamos, pasamos frio, comimos y bebimos sirope,
decoramos el local muy bien y nos curramos los disfraces tanto que
días después vino la televisión KaposTv a entrevistar al equipo de
decoración.Fui la novia (cadáver) durante un
día.
Este mes fuimos a los institutos
varias veces, pusimos el infopoint, eurodesk, entramos en la clase de
español Álvaro y yo y parece que podemos acordar con la profesora
ir semanalmente a su clase, estaría guay tener cierta continuidad,
para los chavales y para nosotros. Aunque reconozco que no es lo que
más me llena, veo la utilidad que tiene para ellos hablar con un
nativo, pero creo que hay colectivos con necesidades mayores, como
los niños del mother selther.
La última semana del mes hicimos
muchas actividades, Daria, la voluntaria holandesa organizó una
tarde temática que atrajo a varios chicos, y pasamos la tarde en el
local, jugando, comiendo merienda típica del país, incluso nos dio
una breve clase intensiva de holandés, y ella sola! Estuvo genial.
Es buena manera de acercar nuestra cultura a los locales, porque se
hace a través del juego que es como aprenden realmente.
Pasé el fin de semana en Szekszard
visitando a Dominik, nos cayó la de Caín, hicimos una ruta a las
afueras de la ciudad hasta una torre de madera, y hacia tanto viento
en la cima que por mas que te dejaras caer hacia delante el aire te
empujaba hacia atrás. Localizamos la reserva natural y varias
bodegas de vino, así que el próximo finde, que hace sol, iremos con
mas voluntarios a la reserva y haremos rutas, es posible hacerlas a
caballo o en bote y hay muchos animales. Me di cuenta, cuando estaba
en lo alto de la torre, de cuento me gusta la montaña, aquí solo
hay colinas! En serio, si trepas cincuenta metros casi puedes ver la
frontera del país.
Este mes también despedimos a Noemi,
y por supuesto cena en casa, esta vez en kebap, todos cocinamos,
empezamos por el postre y lo acompañamos todo de cerveza.
Nuestra última actividad de team
building: un vídeo gracioso de limpieza, mi piso debe ser el mas
guarro de todos, no sé porqué, hasta para grabar el vídeo fingimos
que limpiábamos en lugar de hacerlo de verdad. Pero fue muy
gracioso, nos vestimos como Queen en “I want to break free” y
casi perdemos a Raigo en el intento de un golpe brutal en pleno
rodaje.
Prueba de la eficiencia (y necesidad)
de la limpieza:
Estos últimos días hay vacaciones en
los institutos, así que estamos en la oficina, dedicamos dos horas
diarias a clases de húngaro, DOS HORAS ¿estamos locos? ¿Quién
puede estar atento tanto tiempo seguido? No es lo único que hacemos,
estamos organizándonos, hacemos brainstorming, como dije al
principio somos un buen equipo, aquí hay mucho potencial y vamos a
sacar adelante buenas ideas que mejoren la comunidad. A la vuelta del
training course ya hubo quien propuso hacer un movie club, Niki nos
ofreció ir al refugio de animales, se habló también de hacer un
periódico, clases de cocina para niños … y aún no presenté mis
ideas para los niños del mother selther.
¿Valoración general del mes? Muy
positiva, cansada porque he hecho muchas cosas pero realizada y
feliz. Muy motivada, en parte por el training course pero en una
parte muy importante por la actitud proactiva que veo en la oficina.
Ademas, conseguí poner una reclamación en Cigna, yo sola! Con lo
mal que se me dan los ordenadores, y también, con la ayuda de Niki y
Zsu, de solicitar el dinero del tren a Croacia.
Por lo demás todo bien, sigo viva y
feliz.
Y flipando con la cantidad de
barrenderos que hay en la calle. En serio, ¿a quién se le ocurrió
poner castaños en tooooda la ciudad? Tienen la hoja caduca! Y todo
el rato cayendo castañas al suelo, que encima no se las comen.
Desde
Kaposvar tras dos meses,
Sara Blanco Ferrera