Martes 31 de Octubre:
Hola a todos de nuevo. Siento el
retraso en escribiros, con esto de que se me murió el ordenador, le he pegado
una patada de una semana a todo.
Además, esta última semana hemos estado
bastante ajetreados en Compass. El lunes era fiesta nacional en Hungría,
conmmemoración del levantamiento contra el dominio soviético en 1956; pero el
resto de los días estuvimos celebrando una ˝Tarde Holandesa˝, Halloween,
visitando el Hogar de Madres y varios institutos.
Pero empezando por el principio,
y como os prometí, aquí estamos Oliver y yo en el Arrival Training hace un par
de semanas:
Oliver y yo en nuestro Arrival Training, con mi nuevo peinado
Y aquí con el resto de los voluntarios del training
Entre el lunes y el viernes
Greta, Manon, Sara, Benjamin y yo estuvimos con otros 30 voluntarios del resto
de Hungría trabajando sobre nuestro papel en la sociedad local, habilidades a
desarrollar, estrategias, etc.
Al final, la semanita me vino bien y conseguí algunas ideas para trabajar en el futuro. Además, hice buenos
amigos en el Training y me quedé el fin de semana en Budapest, en el piso de
Matteo, un voluntario italiano. Creo que Budapest es una ciudad que gana con
cada visita.
Comiendo un langos (o churro en forma de torta)
Philip, Ronja, Matteo y yo, subiendo a la Montaña de la Libertad
Philip y yo en la Plaza de los Héroes. El resto son algunos personajes importantes de la historia de Hungría
Volví a Kaposvár el domingo con
las pilas cargadas.
Lo primero que quería hacer era
hablar con mi coordinadora sobre los puntos flojos que estaba viendo en el
proyecto. Así que nada, alma trémula, me armé de valor y de la fregona de
limpiar sangre que no uso desde que ya no tengo revisiones de exámenes en la
ETSI. Por supuesto, no hizo falta nada de ello y pudimos hablar largo y tendido
sobre todo. Si es que hablando se entiende la gente (^^). Parece que en las
próximas semanas iremos poniendo orden.
Y nada más terminar la charla de
coordinación, Daria comenzó con su Dutch Evening (la Tarde Holandesa de la que
hablábamos antes). Estuvo comentando algo sobre historia flamenca, ofreciendo
comida típica y enseñándanos juegos tradicionales. Estuve por explicarle
aquello de clavar una pica en Flandes, pero al final me contuve, no fuera a ser
que me quedara sin pareja de baile en Salsa ahora que Yunus se nos ha rajado.
El jueves tocó Halloween. No
pude estar mucho tiempo en la fiesta porque
al mismo tiempo había una carrera en el parque municipal e iba a
participar (5 km en 22min 36s, tiembla Usain Bolt). Pero me dio tiempo a
disfrazarme del fantasma (semicalvo) de Elvis, y volver para limpiar cuando
terminé la carrera.
Aquí haciendo de estrella del rock no muerta
Y en esta con el resto de la familia Adam. Por cierto, Adam (el que se está abriendo la cremallera en la cara) estaba emperrado en comprarme el alma. No sé cuántas veces le tuve que decir que la alquilo por horas.
El fin de semana fue bastante
tranquilito, sobre todo porque el viernes nos lo dieron también libre. Bueno,
más o menos; nos habían pedido que hiciéramos un vídeo limpiando nuestros pisos
(parece que lo de tener la colonia de hormigas en semilibertad para la clase de
ciencia no es compatible con la habitabilidad). Iba a mandaros el link para que
me viérais imitar y superar a Jennifer Lopez fregando el suelo en Ain´t your
Mama, pero después de ver el resultado creo que no os lo voy a poner tan fácil
jajajaja. ¿Seréis capaces de encontrarlo?
Por último, esta semana he
empezado (por fin) con los intercambios lingüísticos que quería hacer,
húngaro-espanol. Tal vez dentro de dos meses sea capaz de diferenciar las 14
vocales del idioma.
Y hasta aquí el report bimensual.
¡Mi primer intercambio de idiomas! Que no falte el chocolate caliente
Momento de la (larga) quincena:
Siguen marchándose antiguos
voluntarios. Lucile se fue hace una semana, pero como estaba en Budapest, me
tuve que despedir una semana antes. Cuando nos estábamos despidiendo, me dijo
algo así como:
˝No cambies, tienes una sonrisa
que nos alegra el día cada vez que llegamos a la oficina”
Nunca había pensado que la gente pensara en mí por mi sonrisa. Me acordé entonces de la persona que me enseñó a
sonreir así. Creo que tampoco nadie le había dicho nunca lo importante que era
su sonrisa. ¿Cuántas veces no nos damos cuenta de lo importante que somos para
los demás? ¿Y cuántas veces no les decimos a esas personas lo importante que
son para nosotros?
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