Primeras semanas

Estoy en el ecuador de mi primer mes como voluntaria CES en una pequeña ciudad de Normandía. Soy la primera voluntaria de las niñas del tul en el marco del nuevo programa europeo y la verdad es que me alegro muchísimo de haber elegido este equipo tan maravilloso para que me asistan y ayuden, porque el cambio de programa ha sido un caos y me han quitado muchas preocupaciones. De hecho solo me he tenido que preocupar de disfrutar la experiencia.

En estas primeras semanas he tenido que adaptarme a un idioma prácticamente desconocido, a un clima frío y húmedo (aunque este fin de semana me está dando tregua) y a unos horarios muy diferentes a los que solía tener. No obstante, siento que aprendo muy rápido y que me adapto bastante bien.

En el piso las cosas van genial: es un pequeño apartamento con tres dormitorios aunque solo somos dos voluntarias, por lo que ambas pudimos elegir habitación (que aun sigo decorando a mi gusto para sentirme como en casa); mi compañera y yo somos muy parecidas, tenemos motivaciones similares y encajamos a la perfección. Por ahora lo hacemos todo juntas y se ha convertido en mi hermana en Francia.

Además hemos conocido a muchas personas aquí con las que ya hemos salido y nos dan mucho apoyo, tanto lingüístico como emocional. Por no hablar de nuestro tutor, que es encantador y nos ayuda en todo lo que puede.

He conocido también a dos voluntarias que se alojan en una ciudad vecina y la semana que viene tenemos un seminario al sur de Francia en el que conoceré al resto de voluntarios del país.

En cuanto a nuestras tareas aquí, son muy diversas porque nuestro tutor quiere que encontremos el sector en el que nos sentimos mas cómodas por lo que estamos de trabajo hasta arriba (pero reconozco que me lo estoy pasando genial realizando todas las actividades que se nos proponen).

La verdad es que estoy muy contenta con todo lo que estoy viviendo aunque aún es pronto y todavía me estoy acostumbrando a todas estas novedades.