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martes, 11 de diciembre de 2018

Día de los DDHH

Haciendo ver a mis compañeros que puedo ser una persona seria.

Pues de vuelta está el pesado de turno. Pero es que me estoy tomando esto como un diario personal que luego me dará gusto volver a releer cuando regrese a España. Hoy venía a contaros que justo ayer fue el Día Internacional de los Derechos Humanos, en italiano Diritti Umani, y para celebrarlo quise hacer mi primer taller en Totem al respecto.

He de admitir que me moría de los nervios, que no sabía si saldría bien o no, o simplemente si los niños de la asociación llegarían a comprender la importancia de los mismos. De cualquier forma debía de hacer algo. Preparé varias actividades, juegos de rol y debates que estuvieron bastante bien. Asistieron 25 personas. Se puede decir que fue un éxito en cuanto a personal.Y ahora, una vez pasado, también lo fue en cuanto al taller. Incluso me han regalado hoy un ramo de flores como agradecimiento.

Y es que la relación que tengo con los chavales es muy distinta a la que tienen con la otra voluntaria, y con la "profesora". Me consideran uno más de su pandilla, con lo que conlleva que me respetan y cuentan conmigo para divertirse. Es mi forma de hacer las cosas. Para algunos no es la mejor ya que hay que tomar distancia, pero no lo considero así. Los más adolescentes tienen la suficiente confianza conmigo como para hablar por ejemplo de sexo. Creo que es muy importante hablar sin tapujo sobre esto. No lo pueden hacer con nadie más y me tienen a mi. Así que a los que dudan de esto, ¿no es guay que puedas aconsejar, informar y prevenir a cualquiera sobre varios temas? Al fin y al cabo estamos para educar.


Y es que aunque en mis pasados post no haya hablado de Totem, he de contaros que me estoy tomando muy en serio el voluntariado con la asociación. Me están enseñando mucho y yo espero poder aportar también bastante. Doy clases de español a un chico que lo necesita puesto que detesta a su profesora y apenas presta atención en clase. Le apasiona el fútbol así que por medio de camisetas de equipos de fútbol le enseño los colores y los números. Luego se las ingenia con Google para venir a decirme insultos. El chaval, Alessio, es el chico con más malafollá que te puedas encontrar. Pero me cae bien. Los rebeldes siempre han sido mis favoritos. Así que un día me dijo "hijo de puta" y vi el momento para enseñarle más cosas:

- Vale, pero ¿y si soy una chica?
- Hij...a? de puta?
- Y si se lo dices a la hija de tu tía?
- Prima?

Y así fue aprendiéndose el muy cabr** los parentescos. Sé que no es la mejor manera pero fue la única forma de que dejase de llorar, de correr por la calle y se sentase a hacer los deberes. No sé como Meri puede cada día mantener ese buen humor siempre. Y ojo, Meri, la educadora del centro, también es muy cría a veces. Pasamos mucho tiempo hablando de comida, de lugares de fiestas y alguna que otra vez cotilleando sobre los amoríos que suceden entre el voluntariado. Incluso me enseña fotos de sus amigos con la intención de que me eche un noviete italiano.

Una de mis escapadas por Pésaro

Los miércoles nos quedamos a cenar allí y ya aprovecho y me enseñan a cocinar la verdadera comida italiana. Aclaro que mis dotes culinarias son una mierda. Nunca había cocinado, así que perfecto. Otra cosa que me llevo. Por cierto, la pasta Barilla no es italiana. Lo digo por aquí porque si la compráis pensando en el sabor de este país, os equivocáis.

Pues nada, comentar que las cosas en casa van bastante bien y que intento sobrellevar la felicidad constante y suprema de la alemana que cada dos por tres quiere que la abrace. Cosa que no hago. Hostias, no soy tan pegajoso. Poco a poco lo va comprendiendo.

Venga, nos vemos.


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