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lunes, 23 de abril de 2018

Vuelta a Budapest


Pues al final escribo desde Kaposvár, como siempre. Étienne (el muy Judas) se fue a Croacia sin mí, así que haré mi viaje, previsiblemente solo, dentro de un mes. Cuando vuelva el voluntario pródigo le preguntaré por consejos sobre el país dálmata.

Estas dos semanas han estado marcadas por nuestra presencia en los medios. Como prometí, aquí va un reportaje más extenso del Nárcisz-Fesztivál que os adelanté la última vez:

El caminante sobre el mar de flores


Yo, Narciso

- El pasado domingo mi marido perdió cinco mil libras en el hipódromo, mi hermano le dijo que apostase por un caballo cojo.
- Que casualidad, mi última amante también me engañó. Se llevó cien mil marcos.
-¿La princesa rusa?
- No, la bailarina javanesa. Pero con la hiperinflación, sólo le va a servir para la chimenea.
- JAJAJAJAJAJAJA
-JOJOJOJOJOJO


Daria, a mis brazos

Posando para los retratistas


Con la llegada de la primavera, en Kaposvár se celebra este festival en honor del pintor impresionista local Rippl-Rónai, y a nosotros nos tocó ambientar la jornada.

Por si eso no fuera poco, la semana siguiente, celebrando el Día de la Poesía, estuvimos haciendo lecturas en público de distintos poemas húngaros. Yo, por aquello de mi rebeldía sin causa, leí Con el Corazón Puro (Tiszta szívvel), de Jószef Attila, en español y en portugués.


Como pareció que le gustamos a la televisión, a los pocos días nos siguieron a Kadarkút cuando estuvimos enseñando a los alumnos del curso de cocina nuestros platos locales. Y por más que le repetí a la reportera que lo mío era salmorejo, ella se emperró en que no, que era gazpacho.


Así que a los pocos días me tuve que plantar en KaposTV para repetírselo. Bueno, vale que nos habían invitado a Niki, Adam y a mí para practicar inglés. Pero se lo dije.

Y de ahí, de vuelta a Budapest, que Manu, Pinchi y Rubén venían a visitarme (y también el solecito. No veas como pegaba en la nuca, shikillo).




Los tres caballeros

La plaza de los héroes, desde una perspectiva diferente

Mmmm, ¿Ha visto Rubén un pokémon salvaje?

Chico solitario. Busco a alguien

El comienzo de un amor. Dame un besito, cariño

Pero que sea con lengua

La petición de boda...

...Y la de divorcio

El post iría cerrando por aquí, si no fuera por la anécdota de hace un par de días. Estaba paseando tranquilamente a mediodía por el parque donde suelo ir a correr, camino del supermercado, cuando un chaval, más o menos de mi edad, se puso a gritarle a otra persona.

Yo, viendo por el contexto que el chico no estaba en situación de razonar, decidí seguir caminando y no hacer ningún gesto que pudiese llamar su atención. En esto que se gira y empieza a gritarme a mí, en húngaro, algo así cómo “¿Tienes algún problema conmigo?”. Le contesto que no hablo húngaro, que no hay problema, pero él erre que erre con lo mismo. Y yo reculando, sin querer darle la espalda ni hacer nada que le provocase. Hasta que de buenas a primeras le da por soltarme dos puñetazos-empujón (me cargó con los dos puños sobre el pecho) y ahí fue cuando me di la vuelta y salí corriendo, que de héroes y estúpidos está el cementerio lleno.

Cuando ya puse una distancia prudencial entre nosotros y vi que no me seguía, decidí cambiar de ruta e ir al supermercado por otro camino (Tampoco iba a quedarme sin comprar). Como acabaría el muchacho, ni idea; pero mejor pensar que no se encontró a otro de su mismo tipo, o acabarían haciendo un combate de boxeo improvisado. Ahora estoy viendo con Niki y Zsu si merece la pena cursar la denuncia, en cualquier caso me quedé pensando lo vulnerable e impotente que estoy cuando además soy incapaz de comunicarme con la policía en un caso de emergencia como podría haber llegado a ser este.

En fin, pues aquí lo dejamos hasta la próxima vez. Un besazo a todos.

Hace también un par de días me escribió Rubén preguntándome al respecto de un problema que tuvo en el tranvía de Budapest cuando nos lo dejamos atrás Manu, Pinchi y yo. Estuvo preguntando, en inglés, si se trataba del número 4 o del 6, pero durante un rato largo nadie le respondió. Andaba un poco mosca porque le pareció de bastante mala educación e insolidario que nadie se dignase a responderle, y estuvimos discutiendo si era por un tema cultural, malentendido o directamente indiferencia de la gente en el vagón. Como por aquí me leéis también algunos húngaros, ¿tenéis alguna opinión al respecto? ¿La gente suele ser así en Budapest?

Ah, y mi hermano lleva ya dos sobresalientes en Brasil. Pasito a pasito 😊

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